Las dos hermanas Nunilo y Alodia nacieron en Bosca (Huesca), hijas de madre cristiana y padre musulmán. Muerto el padre, la madre volvió a contraer matrimonio, y confió la educación de las niñas a una hermana suya también cristiana. Conforme las niñas iban creciendo, daban pruebas de una sólida fe cristiana, que profesaban sin ningún miedo al islam dominante. Como su posición social era elevada, no pasaba inadvertida su fe cristiana, y por su calidad personal y sus buenas obras, la fama de santidad se extendía por la ciudad. Siendo ya adolescentes, su padrastro, también musulmán, pretende atraerlas al islam presionándolas mediante el temor a los jueces, y por esta razón las acusa ante la justicia, pues al ser muladíes, es decir, hijas de padre musulmán, no tenían derecho a profesar su fe cristiana. El juez les ordena que se presenten inmediatamente ante él; intenta convencerlas ofreciéndoles riquezas y matrimonios con jóvenes muy ilustres. Si apartan su espíritu de la religión de
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