-Hay países donde todavía siguen estos criterios, pero esos países, como pueden ser Egipto, Paquistán o Sudán, en mi opinión van contra la corriente de la historia, y la reciente secesión de Sudán del Sur es una seria advertencia para ellos.
-Los preceptos coránicos por los que las religiones del libro son toleradas en los países de mayoría musulmana, pero sus integrantes son ciudadanos de segunda categoría, están completete te trasnochados.
-Conforme más nos conocemos más nos damos cuenta de lo parecidos que somos y de las peculiaridades atractivas del otro. Se vienen abajo los prejuicios negativos. Efectivamente las largas barbas y los vestidos medievales (los trajes hasta los pies) pueden servir para marcar artificialmente diferencias y para establecer distancias, pero creo que algo tan artificioso encierra mucha debilidad en sí mismo.
Los musulmanes y las musulmanas han sido nuestros enemigos desde el principio, desde el siglo 7, pero no tiene por qué seguir siendo así. La clave está en quererse, y para eso hace falta conocerse.