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7 de junio. Santos Pedro, Walabonso, Sabiniano, Wistremundo, Habencio y Jeremías, mártires

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Estos cristianos recibieron juntos el martirio. El sacerdote Pedro, nacido en Écija, y el santo diácono Walabonso, originario de Elepla, se dirigieron a Córdoba con el deseo de estudiar, y se consagraron a las disciplinas liberales. Pero, al sobresalir con la ayuda de Dios en la sabiduría y conocimiento de las Escrituras, se pusieron bajo la dirección del Abad Frugelo, en el monasterio de la Santa y Gloriosa Virgen  María, que brilla por el admirable compromiso de las siervas de Dios en la aldea de  Cuteclara, no lejos de la ciudad en dirección al oeste. Asimismo san Sabiniano, originario del pueblo de Froniano, en la sierra cordobesa, y ya monje de edad madura, y Wistremundo, un joven valeroso de Écija, corrieron juntos al martirio desde el monasterio de S. Zoilo Armilatense, donde hacía poco se habían consagrado bajo una Regla y un Abad: el primero servía largo tiempo en el campamento del Señor; Wistremundo, en cambio, había ingresado recientemente en el mismo cenobio.

La fe y la ciencia

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Son muchos los científicos que creen sinceramente en un Dios personal que se relaciona con nosotros. Y en general muchísima gente cree en Dios y, a la vez, tienen confianza en la ciencia. Como dice Collins, “ el 93 por ciento de los norteamericanos profesan alguna forma de creencia en Dios; sin embargo, la mayoría de ellos también conduce coches, consume electricidad y presta atención a los informes meteorológicos, dando aparentemente por sentado que, en general, se puede confiar en la ciencia que subyace a estos fenómenos"(1). Realmente no veo ninguna incompatibilidad entre la fe y la ciencia. Yo mismo soy biólogo y también sacerdote católico. Mi formación es básicamente científica, pero igualmente he estudiado filosofía y teología, quizá por eso mismo nunca he visto conflicto entre fe y razón... La clave puede estar en el tema de la verdad. Los filósofos dicen que el hombre busca de forma espontánea la verdad y el bien. Dicen que tenemos dos facultades superiores tipicam