La fe y la ciencia
Son
muchos los científicos que creen sinceramente en un Dios personal
que se relaciona con nosotros. Y en general muchísima gente cree en
Dios y, a la vez, tienen confianza en la ciencia. Como dice Collins,
“el 93 por ciento de los norteamericanos
profesan alguna forma de creencia en Dios; sin embargo, la mayoría
de ellos también conduce coches, consume electricidad y presta
atención a los informes meteorológicos, dando aparentemente por
sentado que, en general, se puede confiar en la ciencia que subyace a
estos fenómenos"(1). Realmente no veo ninguna
incompatibilidad entre la fe y la ciencia. Yo mismo soy biólogo y
también sacerdote católico. Mi formación es básicamente
científica, pero igualmente he estudiado filosofía y teología,
quizá por eso mismo nunca he visto conflicto entre fe y razón... La
clave puede estar en el tema de la verdad. Los filósofos dicen que
el hombre busca de forma espontánea la verdad y el bien. Dicen que
tenemos dos facultades superiores tipicamente humanas que son la
inteligencia y la voluntad, y que la inteligencia busca
“instintivamente” la verdad, mientras que el objeto de la
voluntad es encontrar el bien. Si uno se esfuerza por buscar la
verdad, la encuentra a través de los distintos tipos de
conocimiento, ya sea por las ciencias empíricas, la filosofía o la
teología, y es capaz de distinguir entre lo verdadero y lo falso,
aunque no de forma infalible, sino con el duro esfuerzo de la razón... En ese duro
esfuerzo llevamos trabajando desde hace, ¿cuánto tiempo, 200.000,... un millón
de años?... Tampoco esto lo sabemos, pero acabaremos por averiguarlo.
(1) COLLINS,
F., “¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe”
(2007), Introducción.
Collins
era el el director del Proyecto Genoma Humano cuando en el año 2000
se reveló la secuencia completa del genoma humano.
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