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Mostrando entradas de septiembre, 2011

19 de septiembre. Santa Pomposa, virgen y mártir.

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Beato de Liébana Pomposa vivía consagrada a Dios en el monasterio de san Salvador, al pie de Pañamelaria, no lejos de Córdoba. Así sitúa san Eulogio el lugar donde Pomposa era monja, y para él debía ser un lugar conocido, pero hoy se ha perdido la memoria de estos lugares, que solo queda en los escritos de Eulogio. El de Pomposa no es un caso aislado en su época. Sus padres vendieron su patrimonio para construir el monasterio de san Salvador, e inmediatamente vivir allí con toda la familia en régimen monástico, habiendo abandonado sus ocupaciones, rentas, negocios, relaciones, trabajo y vida social, para dedicarse por entero a la oración a la penitencia y a la limosna. Este fenómeno, que, como digo no es un hecho aislado, solía dar lugar a dos monasterios: uno para hombres y otro para mujeres. Pomposa destacaba por su santidad, era generosa en la oración y en los ayunos, era una chica humilde y se dedicaba intensamente al estudio de las Sagradas Escrituras. Al cono

16 de septiembre. Santos Rogelio y Serviodeo ('Abdalah), mártires.

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Manuscrito bilingüe de Sigüenza. Rogelio es un monje ya anciano cuando es encarcelado en Córdoba por confesar la fe. Es originario de Parapanda (Granada). Junto con Rogelio, también fue encarcelado otro monje joven llamado Serviodeo ('Abdalah en árabe). 'Abdalah había llegado pocos años antes de Oriente Medio. Los dos se propusieron estar juntos hasta que les llegara el martirio, y ayudarse mutuamente a perseverar en las duras pruebas que les esperaban. Se presentan en una mezquita de Córdoba, probablemente la mezquita mayor, predican el Evangelio abiertamente , e intentan mostrar a los presentes la falsedad del islam. La multitud reacciona con violencia, se amotina contra ellos e intenta matarlos, pero el caíd rescata a Rogelio y a 'Abdalah del linchamiento. El mismo caíd los envía a la cárcel, donde no dejan de predicar el Evangelio vigorosamente a los presos, advirtiéndoles de los errores del islam. Les condenan a que les corten las manos y los pies, por habers