¿CRISIS?
Publicado por: Andalucía Liberal
Los tiempos de crisis son tiempos de mejora. ¿Una paradoja? Pues es el mejor resumen de cuanto venimos diciendo los que hemos sido convocados por los medios, durante estas últimas semanas, para hacer una valoración de la situación. Nuestros puntos de vista y unas posibles soluciones, desde el lugar que cada uno ocupa en el campo social, yo en Bancos de Alimentos.
Toda crisis es un punto de ruptura. Estamos en una recesión económica; un declive de nuestro sistema y modelos de funcionamiento en materia económica, particularmente del financiero que hace crisis. Podríamos interesarnos por sus aspectos técnicos o políticos, pero aquí quisiera hoy destacar sus aspectos humanos, sus consecuencias sociales, y a qué nos lleva todo esto.
Afortunadamente, no estamos sobre una “patera” en medio de una tormenta, sino en una crisis del sistema occidental, con los agravantes añadidos de cada país, que se resuelve buscando otro sistema; aún mejor, sometiendo al sistema de libre mercado que ya conocemos a cambios profundos. Mientras, nuestra verdadera preocupación, debería ser la ayuda a las personas y a las familias más vulnerables, a los que no pueden esperar a esos nuevos tiempos de bonanza.
Para ello y antes que nada, será bueno escuchar a las personas que han reflexionado y se han dado a los demás. Así, San Josemaría comprendió que las soluciones a una crisis sólo pueden venir del compromiso personal y nos dejó escrito: «Estas crisis mundiales, son crisis de santos». Personas que por ser fieles a su responsabilidad son tocadas por la Gracia, capaces de anteponer el bien del otro y el común, al propio. Seres guiados por las reglas de un amor incluyente que crece y se afianza a partir de los más próximos, en una oportuna y necesaria convivencia. Con otro lenguaje, nuestro sin par Cervantes, por boca de D. Quijote, decía a los cabreros: «Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de “tuyo y mío”…».
La pobreza interpela a la sociedad y a cada persona en particular. Actualmente hay recursos suficientes para dar de comer al doble de la población mundial… y porque, además, podemos seguir investigando. Por tanto, el mejor mensaje que podemos transmitir, en estos momentos, es de tranquilidad y confianza. Sin miedo a esta situación porque, entre todos, podemos.
Javier Peña Vázquez * Málaga
Los tiempos de crisis son tiempos de mejora. ¿Una paradoja? Pues es el mejor resumen de cuanto venimos diciendo los que hemos sido convocados por los medios, durante estas últimas semanas, para hacer una valoración de la situación. Nuestros puntos de vista y unas posibles soluciones, desde el lugar que cada uno ocupa en el campo social, yo en Bancos de Alimentos.
Toda crisis es un punto de ruptura. Estamos en una recesión económica; un declive de nuestro sistema y modelos de funcionamiento en materia económica, particularmente del financiero que hace crisis. Podríamos interesarnos por sus aspectos técnicos o políticos, pero aquí quisiera hoy destacar sus aspectos humanos, sus consecuencias sociales, y a qué nos lleva todo esto.
Afortunadamente, no estamos sobre una “patera” en medio de una tormenta, sino en una crisis del sistema occidental, con los agravantes añadidos de cada país, que se resuelve buscando otro sistema; aún mejor, sometiendo al sistema de libre mercado que ya conocemos a cambios profundos. Mientras, nuestra verdadera preocupación, debería ser la ayuda a las personas y a las familias más vulnerables, a los que no pueden esperar a esos nuevos tiempos de bonanza.
Para ello y antes que nada, será bueno escuchar a las personas que han reflexionado y se han dado a los demás. Así, San Josemaría comprendió que las soluciones a una crisis sólo pueden venir del compromiso personal y nos dejó escrito: «Estas crisis mundiales, son crisis de santos». Personas que por ser fieles a su responsabilidad son tocadas por la Gracia, capaces de anteponer el bien del otro y el común, al propio. Seres guiados por las reglas de un amor incluyente que crece y se afianza a partir de los más próximos, en una oportuna y necesaria convivencia. Con otro lenguaje, nuestro sin par Cervantes, por boca de D. Quijote, decía a los cabreros: «Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de “tuyo y mío”…».
La pobreza interpela a la sociedad y a cada persona en particular. Actualmente hay recursos suficientes para dar de comer al doble de la población mundial… y porque, además, podemos seguir investigando. Por tanto, el mejor mensaje que podemos transmitir, en estos momentos, es de tranquilidad y confianza. Sin miedo a esta situación porque, entre todos, podemos.
Javier Peña Vázquez * Málaga
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